La banda.

Enzo Cuenca: experimentado baterista de fuerte pegada, es capaz de tocar con soltura en toda la amplia gama de ritmos musicales, todos a la vez o mediante breves lapsos de cada uno de ellos, empleados consecutivamente en una misma canción. Se fue de la banda un tiempito, pero afortunadamente ya volvió.  
  Jorge Barraza: Lo encontraron en abril de 1995, tirado en el Parque Lezama, tocando viejos clásicos del rock argentino con una guitarra afinada en cualquier tono. No obstante, el resto del grupo supo ver en él ese cuarto integrante que necesitaba y en poco tiempo fue incorporado, justo para asistir a la grabación del primer disco. Posee potente caudal de voz, capacidad de innovar permanentemente sus partes de guitarra y un celular que compró hace poco. Habitualmente era quien primero avisaba que no podía concurrir al ensayo, pero ahora que volvió Enzo la cosa está pareja.
Quique Salvino: Aparece en 1991, con la primera gran reestructuración de la banda. Utilizó por unos meses el equipamiento del bajista anterior, hasta que estuvo seguro de ocupar el puesto dignamente. Entonces adquirió un costoso instrumento japonés muy de moda en la época de la convertibilidad, ese que ahora usan casi todos los bajistas de cumbia... Aborrece el slappin´ por considerarlo casi una prueba circense que no debe ser el requisito principal para un bajista, y que no implica de por sí cadencias agradables y belleza musical. Cree absolutamente innecesario tener un bajo de más de cuatro cuerdas, y fundamenta esta opinión mostrando su billetera y dando ejemplos de grandes bandas que no lo necesitaron. Opina que la formación típica de la banda de rock (guitarra, bajo, batería, voz) es algo musicalmente perfecto, comparable en armonía, brillo y solidez con la orquesta sinfónica o el cuarteto de cuerdas (?). El sabrá...  
  Alberto Cortés: No se sabe...

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